El Renacimiento de Casa Tino:
Una Tradición Reimaginada
1998 fue un año de cambios significativos para Casa Tino. Bajo la premisa de que el corazón de la gastronomía gaditana podía latir aún más fuerte, Tino y Eva, junto con el arquitecto Álvaro Linares, emprendieron la reinvención del espacio que les había definido hasta entonces. Juntos, transformaron el antiguo bar en el actual restaurante.
La renovación trajo consigo un tributo a nuestras raíces; las paredes se adornaron con una galería de fotografías que narraban nuestra historia. Conservamos la emblemática barra de tapeo, manteniendo la esencia de la tradición culinaria gaditana, mientras que la introducción de modernos expositores y una actualización completa de las instalaciones marcaban el comienzo de una nueva era.
Este renacimiento no solo se limitó a la estética, sino que también se reflejó en el paladar. Tino y Eva se sumergieron en el arte culinario, explorando y adoptando nuevas técnicas que elevaron nuestra oferta gastronómica. Fue así como nació nuestra aclamada ortiguilla, elevando a Casa Tino a la fama con el lema «Posiblemente, las mejores ortiguillas de España».